martes, 18 de junio de 2013

EL SEÑOR SNOWDEN, LOS EEUU Y TODOS NOSOTROS

Escribes un mail o lo recibes, o hablas por el móvil creyendo que el destinatario de tus palabras es quien tú has elegido y a lo mejor te equivocas de medio a medio, y a esa persona se suman otras con las que no contabas. Un gran ojo nos mira, un enorme oído nos escucha, intercepta lo que decimos o nos dicen, cuando más despreocupados estamos. Acaba de desvelarlo el Sr. Snowden.
 Ese joven norteamericano trabajaba como subcontratado para la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana, y anteriormente para la CIA. En fecha reciente ha revelado la existencia de programas de vigilancia masiva de llamadas telefónicas y correos electrónicos. Luego ha huido a Hong-Kong para que no lo cojan. De hecho, el FBI ya ha abierto una causa penal contra él. Yo no entiendo por qué tratan de imputar al Sr. Snowden si a quienes deberían acusar  es a los que están permitiendo un desafuero como el denunciado por él.
   Los EEUU nos espían a todos nosotros sin molestarse siquiera en escogernos, ningún ciudadano de ningún país está libre de sus tejemanejes. Lo de las soberanías nacionales les trae sin cuidado.
   No investigan a un sujeto porque sospechen de él, su elección para controlar las comunicaciones de una persona, cualquiera que sea, es totalmente aleatoria, gratuita, no motivada.
   Dicen que así descubren a terroristas, pero lo que están haciendo es convertirnos a todos en sospechosos. Y, por si  fuera poco actuar así con sus connacionales, extienden esa vigilancia delictiva más allá de sus fronteras, al ancho mundo.
    Un Gran Hermano sale de las páginas de Orwell donde habitaba y se autoerige en gendarme mundial para hacer saltar por los aires sacros principios del derecho internacional,  de la privacidad,  de la presunción de inocencia.
   Lo que no han podido evitar es, curiosamente, ser ellos también espiados y, en su caso, además, expuestos a la vergüenza pública. Menos mal. Porque sí que hay algo más que indicios para someterlos a encausamiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario