sábado, 26 de octubre de 2013

Y DIJO GOMENDIO....

Habló esta señora y la luz no se hizo.
    Eran vísperas de la Huelga General de la Enseñanza Pública del 24 O. Con un gesto grave, casi adusto, y el ademán imperturbable de quien sabe que nadie la interpelará en directo diga lo que diga, pues peroraba por videoconferencia, echó mano de un argumentar viciado la secretaria de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades.
   “Hay que tener en cuenta, de cara a los padres, que el colectivo de docentes tiene un puesto de trabajo asegurado y, sin embargo, los padres se están enfrentando a unas tasas de desempleo muy elevadas y dificultades económicas importantes”, eso dijo.
   Late en estas palabras la ignorancia o la perfidia. Es, en todo caso, una falacia establecer esa contraposición entre profesores y padres. Se olvida (¿?) de los interinos, cuyo contrato tiene fecha de caducidad (a menudo de escasos meses), con media jornada o aun menos horario. Se cuentan por miles los que cada curso se van a la calle, pese a que el número de alumnos se incrementa.  
    En cuanto a los que son funcionarios, ¿acaso no han visto cómo se les reducía el sueldo, se les aumentaba el horario lectivo y se empeoraban sus condiciones de trabajo?
   Los enseñantes están pasando las de Caín, como los padres de sus alumnos, víctimas, todos, del Gobierno al que esta señora sirve. No ha funcionado su táctica de dividir para vencer, que tenía, además, segunda parte.
     “Las razones (del paro) no están en absoluto relacionadas con la reforma educativa”, remachaba su ofensiva frente a la huelga. Venía a decir que los docentes buscaban su propia mejora e intentaban arrastrar tras de sí a las familias con el señuelo de que se oponían a la LOMCE. Viejo truco, este de tergiversar las motivaciones del otro, para así restarle apoyos. Porque, aunque también se denuncie el contexto en que surge esa norma, ¿de dónde saca ella que no se rechaza la ley Wert, cuando está siendo aprobada sin consenso alguno y sin ninguna consulta al mundo de la educación? “No a la LOMCE. No a los recortes. No a las contrarreformas educativas”, la contradecía el lema de la pancarta que encabezó la manifestación del 24 O en Madrid.
   Ciertamente, la secretaria de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades se ha mostrado digna alto cargo del ministro peor valorado de un Gobierno que también suspende en la consideración de la opinión pública. Como a él, tampoco se le caerá la cara de vergüenza.

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