martes, 30 de diciembre de 2014

FELIZ 2015

Nos van a prometer el oro y el moro, y hasta es posible que suelten alguna migaja, que previamente nos habrán arrebatado, por ver si nos contentan y, olvidados de sus fechorías, vuelven a votarlos quienes antes lo hicieron o nos quedamos en casa, sumidos en el desencanto, los que nos inclinamos por otras opciones que no hayan sido de gobierno.
   Mi primer deseo para 2015, que, como sabéis, será electoral, es que no perdamos la memoria. Sus promesas no se escribirán sobre hojas en blanco, qué más quisieran, sino emborronadas por incumplimientos y engaños, cuando no, casi siempre, por intereses espurios, que no casan con los de la inmensa mayoría de la población, esto es, con todos los que no somos ellos.
   No desconocen que tontos no somos, ni amnésicos, y van a tratar de meternos miedo, ya lo están haciendo. Como si no nos hubieran dado incontables motivos para sentir pánico con sus medidas de gobierno y sus actuaciones.
   A este 2015 que ahora empieza yo le pido que le demos gusto al cuerpo y, colectivamente, abramos camino a una nueva etapa en nuestras vidas. No es poco, y además no depende de la suerte. Está en nuestras manos.

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