sábado, 29 de julio de 2017

HAY UN BARCO RACISTA EN EL MARE NOSTRUM

Un buque lleno de miserables se dirige al Mediterráneo, si en estos momentos no navega ya sus aguas. Va a la busca y captura de otros a quienes se podría atribuir el mismo adjetivo, si bien con contenido bien distinto. A los primeros les conviene el término en sentido ético y peyorativo, para significar su estulticia moral; a los últimos, que son los perseguidos, se les aplica ese mismo calificativo en un sentido meramente denotativo, objetivo: su miseria es material: la de la pobreza extrema o la de la guerra de las que intentan escapar. A las dificultades que enfrentan en su huida, se añadiría, de no ponérsele coto, la agresiva actuación que intentan protagonizar los que fletan o tripulan el C-Star, el barco de Defend Europe, organización que agrupa a colectivos ultraderechistas de varios países del viejo continente. Pretenden interceptar a los migrantes y devolverlos a Libia. En su punto de mira tienen también a las ONGs, cuya solidaria labor de rescate se proponen dificultar.
   Ojalá, sin dejar de ser ellos, pasasen a ser, también los otros. Si estuviese en mi mano, los haría vivir su existencia. Invocaría a los vientos para que en volandas los llevaran a Senegal, a Nigeria, a Etiopía, a Sudán. O a Siria, por ejemplo, a Siria también. Y allí los dejaría, esquivando bombas, padeciendo hambrunas, sin otro futuro que un dramático  presente.
   Quisiera ver cómo, en un intento por burlar ese destino y retornar a Europa, caen en manos de mafias desalmadas. Cómo pierden el norte en el desierto o, apretujados en la caja de algún camión desvencijado, a duras penas logran dejar atrás esas masas de arena y sol. Cómo (¡tantos cómo!), cuando alcanzan, si los alcanzan, los países que bordean el Mediterráneo, desearían volverse invisibles a la policía que los maltrata, a las bandas que los secuestran y les roban o los esclavizan.
   Me gustaría que, embarcados al fin en una frágil patera, sin más horizonte que el mar, a punto de naufragar, se encontrasen con el peor de sus desafíos, esto es, consigo mismos, con lo que eran antes de emprender este viaje terrible Que se enfrentasen a lo que son y a lo que hacen.

2 comentarios:

  1. Maravillosa entrada, Juan. Estoy de viaje, alrededor de ese Mediterráneo que fue de todos y hoy quieren apropiarse algunos canallas, por ello no sabía esa noticia que nos cuentas. Terrible. Merecen lo que les deseas y más.
    Un beso.

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    Respuestas
    1. Ojalá estuvieran solos, Rosa. Pero son únicamente una hipérbole de lo que está pasando en Europa.
      Un abrazo de los fuertes

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